Término acuñado por K. Eric. Drexler en 1980. Es la propagación accidental e incontrolable de nanorobots autoreplicantes que podrían arrasar con la vida. Drexler presenta un vivido ejemplo de la velocidad a la que la plaga gris devastaría el planeta comenzando con un solo replicante. "Si el primer replicante puede ensamblar una copia de sí mismo en mil segundos, los dos replicantes podrían entonces construir dos más en los siguientes mil segundos, los cuatro construirían otros cuatro, y los ocho otros ocho. Después de 10 horas, no hay treinta y seis nuevos replicantes, sino más de 68 mil millones. En menos de un día podrían pesar una tonelada, en menos de dos días pesarían más que la Tierra, y en otras cuatro horas, podrían exceder la masa del Sol y los planetas". Para evitar el apocalipsis de la plaga gris, Drexler y su Foresight Institute, una organización no lucrativa cuyo propósito es preparar a la sociedad para la era de la nanotecnología molecular, establecieron directrices para desarrollar artefactos "seguros". Foresight recomienda que los nanoartefactos se construyan de tal forma que sean dependientes de "una sola fuente artificial de combustible o vitaminas artificiales que no existan en ningún ambiente natural". Foresight también sugiere que los científicos programen fechas de autodestrucción en sus creaciones atómicas.
Una analogía con el problema de la plaga gris son las bacterias, que podemos considerar un ejemplo biológico de nanotecnología. Ya que estas no han acabado con el mundo, algunos consideran improbable que un elemento artificial logre hacerlo.
