La vieja fábrica, la nueva fábrica
¿Donde está la realidad?
La realidad virtual está llegando al mercado de consumo, ofreciendo experiencias multisensoriales que podrían generar ilusiones muy reales, capaces de generarnos alucinaciones, mezclando y alterando la realidad percibida. ¿Dejaremos atrás las drogas sintéticas y haremos uso de drogas tecnológicas?
Karl Marx, en 1844, llamó a la religión el opio del pueblo. En la Fe hay que creer, mientras que la realidad virtual la vamos a tener a mano, la vamos a ver y tocar. Y su recompensa será inmediata, pero como las drogas, puede llegar a ser adictiva. Las drogas han demostrado su lado bueno, ya que el avance de la cirugía ha sido posible gracias a los anestésicos, pero su lado malo también lo conocemos: mafias, traficantes y muertes.
Si ya llevamos nuestra vida, amistades, relaciones, fotos, conversaciones, en un teléfono al que llamamos inteligente (se suponía que los inteligentes éramos nosotros), y nos retratamos en las redes sociales, donde tenemos multitud de amigos a los que no conocemos físicamente, lo siguiente será la relación virtual, que sería un vivir sin vivir, ya que algunas personas podrían empezar a tomar su realidad virtual como su vida real. ¿Cuál será la identidad más importante de una persona, la del mundo físico o la del virtual?
Y mientras, nuestros avanzados políticos proporcionándonos realidad virtual a diario (antes lo llamábamos mentiras).
Pero vosotros, por favor, seguir disfrutando del sexo en el mundo real (con protección) y no lo hagáis en la realidad virtual, aunque eso siempre ha existido y se llama masturbación.
Que ustedes lo disfruten.
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