Derechos irrenunciables
El (des)gobierno, que nos alegra con sus ejemplares novelas diarias (pobre Cervantes, le han dejado como un folletín sus Novelas Ejemplares tan excelsos pillos), decide que mi independencia no es mía. No sé si ustedes se han fijado, pero estas páginas no tienen publicidad de ningún tipo, de esta forma no me debo a nadie.
Y, para acabar la broma, si no puedo poner enlaces, que son el sentido básico del web, apaga y vámonos.
Todo esto me lleva a pensar si no tendrán en mente cerrarnos a todos, seamos o no críticos, empleemos la cabeza para pensar o para peinarnos, que tanto les da, y lo que les gusta es que bajemos la cerviz y rindamos pleitesía. Para ellos nuestra maldad es directamente proporcional a nuestro nivel de raciocinio.
No pertenezco a la asociación AEDE, que de mejores sitios me han echado (Groucho dixit), pero si quiero compartir estaré en la red, y si no me iré.
Así, sin canon ni zarandajas.
Deseo que lo puedan seguir disfrutando.
Webmaster